horacio santana
esquelas
colonia del
sacramento 2015
Sociedad. . .:
¿Recuerdas: ?
Lo que nunca supuse
estuvo el día en que se me ocurrió
práctica de años
pensamientos superfluos transformados
en imágenes de:
¿cómo serán esas sociedades?
rebalsándome me transporté físicamente
y el otro continente
cayó ante mí y
lo deambulé
Edgar: . . . eres mi
hermano de vida ¡verdadero intelectual de la plástica! corregiste la luz en mi
estética por ello
No quiero esgrimirle un lenguaje a mis cuadros
Ni propasarme
Ni frecuentarlos diariamente
Los deposito
Exploro su actitud el día del vernisagge
o tal vez nunca
Que el alarido el bostezo la mirada fría congelante
me los hiele
¡no me importa!
Bastante suspiré dormité caldeé hirviente mi iris
Ellos en futuro se expresarán sigilosamente
Y ustedes serán mis vengadores.
A mi hijo
Gabino, desde
dentro del avión:
Habíamos desprendido pies desde la
tierra húmeda un vuelo de aleteos nos dejó en el firmamento mirábamos de allá
arriba escuchando un ruido aturbinado abrochándonos el esqueleto Sujetando la
idea de no morir En el aire en esa liviandad en que se ejercen controles donde
estas preso-por única vez-del destino mortal de tomar un café, un champagne.¿
Tout a benoit?
A mi hija.
Brenan, desde
lo alto :
Avanzábamos sobre el océano,
once mil metros y el arrecife de coral,
aun se manifestaba, impermeable
búsqueda,
de
otro continente nunca imaginado,
a
tierra como golondrina,
descanso
circunvalaciones
espejo curvo indómito frente de mí
algún pelícano ganso
exhausto
revoloteo
pequeñas
florecillas tumbadas
campo
traviesa
entonces:
encuentro a París dentro de mí
Teresa Campelo
se que lo hubieses entendido:
Al salir fuera del hotel una esquela
desde mi país había mandado mi nombre y detrás el suyo Teresa Campelo de
Goncálvez Me decía que estaba un poco sola, añosa y triste y yo. . . En un
cartel soñaba en Praga -¿Skoda?- No, Opel- ¿Inflación? -0%- Me dijo el croata
del taxi - ¿Todo bien acá? Jarolasv Seifert premio Nobel de Literatura
1984. ‘Los cuentos de Mala Strana’ de Jan Neruda. ‘Historias del
buen soldado’ caricaturas de Jaroslav Svesk. A orillas del Puente de Carlos V
sobre el río Moldava en su casa, eche un
vistazo a libros de Franz Kafka. Le conté todo esto en otra esquela desde allá.
Cuando volví ya no estaba más. . .
A los que
hacen tanto por un mundo sin golpes, empujones y tantas aberraciones del ser al
ser humano :
Margarita: Recuerdo un enero cálido
de 2004 Me escribiste en una hoja de papel calco entregada por tu hijo. . .
decía:
Deseosa de no sé cuantos años noventa
y seis inmemorial por momentos hubiese
querido cursar otra vez infancia adolescencia Uruguay Unido sus consejos consultivos
abrían puertas de hogares hornos sitios avasallados exigiendo liberación accionando
mis criterios que antes no salían al frente pues los expulsaba por detrás a bocanadas de saliva
espesa de vómitos de sangre! desgarros por dentro. . .y fuera de mí un orgullo
yacía a la espera de otro orgasmo otro otro y otro y otro orgullo mas
enfrentado a un temor temeroso a un empujón traicionero pero una silente madeja
mental se iba ejecutando en libertad como te decía una reacción de amor en
justicia un género universal de no sentirse apenada un encuentro de colectivos de
banderas de consignas llegaron fortaleciéndome. . .maltrato no! Entonces Está concluido todo entre tú y yo
Margarita
Hortensia: Parado
en éxtasis repujado sobre mí arrugo el esqueleto delante de la muestra
pictórica ‘Mujeres Rasgadas’ creo permanecer enhiesto pero denoto vileza de la
que me doy cuenta y te escribo esta esquela en papel garbanzo amarillo mustio
como mi ser ahora que no te veré más reflexioné en porvenir así: Figuras rasgadas rajadas ajadas ultrajadas
por delante por detrás ojos desesperados miran y no ven avisan sin avisar
detienen un tranco que de a tragos reinventa situaciones húmedas locas del
agresor débiles tristes alicaídas del receptor empíricamente sociales son: . .
.¡songoro cosongo! divirtiendo un neutro pronombre dame el llanto de tus ojos y
que el negro desde ellos no se pierda pues afuera en tinieblas se trasmuta
sociedad Una cruz rojiza de dadivar siente necesidad de masajear la masa que al
ultraje necesita con justicia terminar!!
Narciso
Anteayer te mandé la esquela que no
recibiste. Pasado hoy te enviaré esta otra. Sera mañana Lila pues estuve en una
tertulia literaria y como nunca supe de cultura recuerda mis padres no
existieron yo me crie en un hogar de militares nunca te lo había dicho ellos me
instaron a la brutalidad y fue eso. . .,le pedí tanto a Dios que fuésemos
juntos a la par pero no tengo otra manera de pedir perdón aprendí a escribirlo
después de lo que viví en esa instancia Escuché que leyeron un poema de alguien
de quien solo sé su seudónimo era ‘siempreviva’ estaba escrito en tinta china
en unas hojas de papel reciclado escogí uno alguien de tez morena se acercó me
lo firmó cabizbaja te lo envío léelo nos interesará a ambos: cuerpos esclavos intrigantes sabedores
concurrentes reunidos
venas abiertas al mundo cerebros destruidos que no están
y los que están ruegan a cielos perdidos anaranjados celestes figuran
esquemas de realidad generando géneros
oscurecidos bajo puños
puntazos puntapiés
transfiguran rostros que desean estar bajo consigna: crear
conciencia ánimos emociones
despertar
despertadores de vida
¡. . . y suenan ya! Deseándote
longevidad eterna vivaz y lógica me despido pues iré detrás de mí y de mi alma junto todo mi cadáver y lo
ofrendo al fondo del tiempo en el hoyo oscuro que me tocó
Jacinto
Estas
esquelas, te indican, soslayan de alguna manera quienes te intrigan:
Pelo corto melena detrás
saco a cuadros botas
¿será. . .?:
chapada a la antigua
Cerquillo vincha
pozos en su sonrisa
¡encanto! dejé escapar
Corbata camisa plisada
pantalones planchados con raya:
¡modestia
insinuó!
Traje azul corbata celeste
engominado entró al kiosko salió
gritos: ¡Es un abuso!
Ella: parasol amarillo
Él: zapatillas de tenis
Cercano al parque: ¡hubo saña!
Esquelas. Aguarda. Un retoque, pues . . . ¿. . .y?
. . .y el papel
me desengaña
simple, cordial
me deslizo
con blandura de grafito
. . .y la noche
cobija mi esmero
frunce mi esqueleto
huesos y. . .
palabras
influirán en ti?
. . .y el día
ríspido movilizador
plantea el minuto
abre la puerta
caemos en vacío
¡hace siglos!
entraremos mañana?
. . .y un minuto
refleja mirada
instantáneamente
resquebraja velo
desparrama lágrima
trizas volarán
mañana un iris
Recuerdo en afloramientos aquel viejo
ladrillero que encontré dos veces en el horno un día después de tres de lluvia
casi sin comer y otro en un viejo bar cerca del horno. Dos esquelas le envié.
La del horno se la di al muchacho chico. Decía:
‘Gracias’ Enrollados iban quinientos pesos.
La segunda después de
mandarle dos vueltas de vino, el dueño le arrimó esta:
‘En calma y tranquilidad, esbozas
viejo barbudo frases en el rincón. Pareces un mutante. Tu figura luce cansada y
vencida. El sobretodo te ha abrigado años aún te cubre los hombros. ¿Por qué
cargas tus uñas de barro en tus brazos de cartón, que evidencian tus cinco mil
adobes de hoy? El horno ladrillero abre bocas al norte y humea al sur, lo he
visto. Allí donde dormitas dubitativo escucho balbuceantes palabras egipcias.
Estás satisfecho ¿eh. . .? Acércate
necesito hablarte. . .’
Leyó. En el anverso con un trozo de
lápiz casi sin grafito escribió dos palabras. Alzó sobre su frente rugosa, la
esquela. . .
‘GRACIAS HIJO. . .’
Desde que
conocí a Juan Manuel, me deslumbró su introspección autista y trabajé a su lado
mucho tiempo. Su madre Devora, a quien no vi nunca más, me dejó esta esquela escrita
por él, debajo de la puerta asomó la puntita del papel :
‘Veo en ti, un ser agobiado, hablante.
Yo casi mudo. Solo. Veraz. Pinto me divierto con la ballena inflable y te la
doy por la cabeza. Veo carteles en toda la casa, con no sé qué. Hablo inglés,
portugués y lituano. Soy tierno e infantil para otros. Un día toqué el piano y
me aplaudieron mucho. No voy al colegio. Hablo conmigo y no con otros. ¡Me
divierto tanto! y no existe tu mundo para mí. Ya no existo, decidí que no
siguieras con mi carga de por vida, mamá’.
Juan Manuel
En la
contratapa de un libro prestado por mí a un amigo y devuelto por él con un
redondel en tinta roja en ese lugar, escrito con lápiz a mano alzada;
exiguamente decía :
. . .se encargará de mí.
esa caja de madera retornará sin espacio conmigo dentro:
algún día
Antes de llegar a Perú, Ángel me
enviaba un correo, era una esquela electrónica, le respondí con otra,
electrónica también:
Fui invadido por auella lasca de
piedra de mi suelo me cortó me sesgó el tiempo el bus muchos años después
recorría en tierra cubanas otras partículas en ellas seres peruanos capitalizaron
líticamente mi espíritu pétreo, calizo, basáltico, férreamente atado a una
Latinoamérica crecida, leudada Me preguntarás como un levanta en vilo a espíritus tan distantes
pero amigables eso, eso es la fuerza natural de nosotros y a un tiempo transcurrido
él me invita El convite me dice: ‘Es por ti, hacia tu Arqueopoesía, en nuestro
suelo peruano, capital mundial de los tiestos en: ‘El sentir del pasado’
Ángel Edgard
Le pedí a mi nieta, la más grande,
ella viaja de vez en cuando en el ómnibus desde su bachillerato en el liceo de
Colonia a su casa en El General. La convencí de leer mi esquela, le pedí, léela
junto a tu hermanita, ella estaba sin ir a la escuela pues no tenía maestra y
no consiguieron suplente. Esto fue un día chispeante de lluvia. Y dentro del
mal doblado papel de estraza donde se veían algunos de mis garabatos en tinta
relaté esta anécdota:
Me he dado vuelta. Lo noté, me sentí.
Algo me enredó como si una caparazón soltara un estallido sobre mi cuerpo que
flotaba dentro. El consciente afloró y al bajar mis pies al suelo, mi esqueleto,
casi obeso se bamboleó dirigiéndose hacia la cocina, en realidad mis sentidos
me llevaron al baño. Oriné. Al retorno pensé en comer una fruta, no obstante mi
mano quedó casi apretujada entre la puerta y el marco, propio de mi sueñera.
Mis ojos desorbitados vieron entonces como se encrespan, enredan, se esparcen,
trepan, saltan, sucumben. . . Relucen en el hondo cielo oscuro de una noche
espumada por el vidrio esmerilado de la puerta que da al patio de mis sueños.
Al otro día cuando volví a ver a Sofía. Me dijo: ‘Abuelo sabes, estudiaré
Meteorología. . .’
Sociedad. . .:
¿Recuerdas: ?
Lo que nunca supuse
estuvo el día en que se me ocurrió
práctica de años
pensamientos superfluos transformados
en imágenes de:
¿cómo serán esas sociedades?
rebalsándome me transporté físicamente
y el otro continente
cayó ante mí y
lo deambulé
Edgar: . . . eres mi
hermano de vida ¡verdadero intelectual de la plástica! corregiste la luz en mi
estética por ello
No quiero esgrimirle un lenguaje a mis cuadros
Ni propasarme
Ni frecuentarlos diariamente
Los deposito
Exploro su actitud el día del vernisagge
o tal vez nunca
Que el alarido el bostezo la mirada fría congelante
me los hiele
¡no me importa!
Bastante suspiré dormité caldeé hirviente mi iris
Ellos en futuro se expresarán sigilosamente
Y ustedes serán mis vengadores.
A mi hijo
Gabino, desde
dentro del avión:
Habíamos desprendido pies desde la
tierra húmeda un vuelo de aleteos nos dejó en el firmamento mirábamos de allá
arriba escuchando un ruido aturbinado abrochándonos el esqueleto Sujetando la
idea de no morir En el aire en esa liviandad en que se ejercen controles donde
estas preso-por única vez-del destino mortal de tomar un café, un champagne.¿
Tout a benoit?
A mi hija.
Brenan, desde
lo alto :
Avanzábamos sobre el océano,
once mil metros y el arrecife de coral,
aun se manifestaba, impermeable
búsqueda,
de
otro continente nunca imaginado,
a
tierra como golondrina,
descanso
circunvalaciones
espejo curvo indómito frente de mí
algún pelícano ganso
exhausto
revoloteo
pequeñas
florecillas tumbadas
campo
traviesa
entonces:
encuentro a París dentro de mí
Teresa Campelo
se que lo hubieses entendido:
Al salir fuera del hotel una esquela
desde mi país había mandado mi nombre y detrás el suyo Teresa Campelo de
Goncálvez Me decía que estaba un poco sola, añosa y triste y yo. . . En un
cartel soñaba en Praga -¿Skoda?- No, Opel- ¿Inflación? -0%- Me dijo el croata
del taxi - ¿Todo bien acá? Jarolasv Seifert premio Nobel de Literatura
1984. ‘Los cuentos de Mala Strana’ de Jan Neruda. ‘Historias del
buen soldado’ caricaturas de Jaroslav Svesk. A orillas del Puente de Carlos V
sobre el río Moldava en su casa, eche un
vistazo a libros de Franz Kafka. Le conté todo esto en otra esquela desde allá.
Cuando volví ya no estaba más. . .
A los que
hacen tanto por un mundo sin golpes, empujones y tantas aberraciones del ser al
ser humano :
Margarita: Recuerdo un enero cálido
de 2004 Me escribiste en una hoja de papel calco entregada por tu hijo. . .
decía:
Deseosa de no sé cuantos años noventa
y seis inmemorial por momentos hubiese
querido cursar otra vez infancia adolescencia Uruguay Unido sus consejos consultivos
abrían puertas de hogares hornos sitios avasallados exigiendo liberación accionando
mis criterios que antes no salían al frente pues los expulsaba por detrás a bocanadas de saliva
espesa de vómitos de sangre! desgarros por dentro. . .y fuera de mí un orgullo
yacía a la espera de otro orgasmo otro otro y otro y otro orgullo mas
enfrentado a un temor temeroso a un empujón traicionero pero una silente madeja
mental se iba ejecutando en libertad como te decía una reacción de amor en
justicia un género universal de no sentirse apenada un encuentro de colectivos de
banderas de consignas llegaron fortaleciéndome. . .maltrato no! Entonces Está concluido todo entre tú y yo
Margarita
Hortensia: Parado
en éxtasis repujado sobre mí arrugo el esqueleto delante de la muestra
pictórica ‘Mujeres Rasgadas’ creo permanecer enhiesto pero denoto vileza de la
que me doy cuenta y te escribo esta esquela en papel garbanzo amarillo mustio
como mi ser ahora que no te veré más reflexioné en porvenir así: Figuras rasgadas rajadas ajadas ultrajadas
por delante por detrás ojos desesperados miran y no ven avisan sin avisar
detienen un tranco que de a tragos reinventa situaciones húmedas locas del
agresor débiles tristes alicaídas del receptor empíricamente sociales son: . .
.¡songoro cosongo! divirtiendo un neutro pronombre dame el llanto de tus ojos y
que el negro desde ellos no se pierda pues afuera en tinieblas se trasmuta
sociedad Una cruz rojiza de dadivar siente necesidad de masajear la masa que al
ultraje necesita con justicia terminar!!
Narciso
Anteayer te mandé la esquela que no
recibiste. Pasado hoy te enviaré esta otra. Sera mañana Lila pues estuve en una
tertulia literaria y como nunca supe de cultura recuerda mis padres no
existieron yo me crie en un hogar de militares nunca te lo había dicho ellos me
instaron a la brutalidad y fue eso. . .,le pedí tanto a Dios que fuésemos
juntos a la par pero no tengo otra manera de pedir perdón aprendí a escribirlo
después de lo que viví en esa instancia Escuché que leyeron un poema de alguien
de quien solo sé su seudónimo era ‘siempreviva’ estaba escrito en tinta china
en unas hojas de papel reciclado escogí uno alguien de tez morena se acercó me
lo firmó cabizbaja te lo envío léelo nos interesará a ambos: cuerpos esclavos intrigantes sabedores
concurrentes reunidos
venas abiertas al mundo cerebros destruidos que no están
y los que están ruegan a cielos perdidos anaranjados celestes figuran
esquemas de realidad generando géneros
oscurecidos bajo puños
puntazos puntapiés
transfiguran rostros que desean estar bajo consigna: crear
conciencia ánimos emociones
despertar
despertadores de vida
¡. . . y suenan ya! Deseándote
longevidad eterna vivaz y lógica me despido pues iré detrás de mí y de mi alma junto todo mi cadáver y lo
ofrendo al fondo del tiempo en el hoyo oscuro que me tocó
Jacinto
Estas
esquelas, te indican, soslayan de alguna manera quienes te intrigan:
Pelo corto melena detrás
saco a cuadros botas
¿será. . .?:
chapada a la antigua
Cerquillo vincha
pozos en su sonrisa
¡encanto! dejé escapar
Corbata camisa plisada
pantalones planchados con raya:
¡modestia
insinuó!
Traje azul corbata celeste
engominado entró al kiosko salió
gritos: ¡Es un abuso!
Ella: parasol amarillo
Él: zapatillas de tenis
Cercano al parque: ¡hubo saña!
Esquelas. Aguarda. Un retoque, pues . . . ¿. . .y?
. . .y el papel
me desengaña
simple, cordial
me deslizo
con blandura de grafito
. . .y la noche
cobija mi esmero
frunce mi esqueleto
huesos y. . .
palabras
influirán en ti?
. . .y el día
ríspido movilizador
plantea el minuto
abre la puerta
caemos en vacío
¡hace siglos!
entraremos mañana?
. . .y un minuto
refleja mirada
instantáneamente
resquebraja velo
desparrama lágrima
trizas volarán
mañana un iris
Recuerdo en afloramientos aquel viejo
ladrillero que encontré dos veces en el horno un día después de tres de lluvia
casi sin comer y otro en un viejo bar cerca del horno. Dos esquelas le envié.
La del horno se la di al muchacho chico. Decía:
‘Gracias’ Enrollados iban quinientos pesos.
La segunda después de
mandarle dos vueltas de vino, el dueño le arrimó esta:
‘En calma y tranquilidad, esbozas
viejo barbudo frases en el rincón. Pareces un mutante. Tu figura luce cansada y
vencida. El sobretodo te ha abrigado años aún te cubre los hombros. ¿Por qué
cargas tus uñas de barro en tus brazos de cartón, que evidencian tus cinco mil
adobes de hoy? El horno ladrillero abre bocas al norte y humea al sur, lo he
visto. Allí donde dormitas dubitativo escucho balbuceantes palabras egipcias.
Estás satisfecho ¿eh. . .? Acércate
necesito hablarte. . .’
Leyó. En el anverso con un trozo de
lápiz casi sin grafito escribió dos palabras. Alzó sobre su frente rugosa, la
esquela. . .
‘GRACIAS HIJO. . .’
Desde que
conocí a Juan Manuel, me deslumbró su introspección autista y trabajé a su lado
mucho tiempo. Su madre Devora, a quien no vi nunca más, me dejó esta esquela escrita
por él, debajo de la puerta asomó la puntita del papel :
‘Veo en ti, un ser agobiado, hablante.
Yo casi mudo. Solo. Veraz. Pinto me divierto con la ballena inflable y te la
doy por la cabeza. Veo carteles en toda la casa, con no sé qué. Hablo inglés,
portugués y lituano. Soy tierno e infantil para otros. Un día toqué el piano y
me aplaudieron mucho. No voy al colegio. Hablo conmigo y no con otros. ¡Me
divierto tanto! y no existe tu mundo para mí. Ya no existo, decidí que no
siguieras con mi carga de por vida, mamá’.
Juan Manuel
En la
contratapa de un libro prestado por mí a un amigo y devuelto por él con un
redondel en tinta roja en ese lugar, escrito con lápiz a mano alzada;
exiguamente decía :
. . .se encargará de mí.
esa caja de madera retornará sin espacio conmigo dentro:
algún día
Antes de llegar a Perú, Ángel me
enviaba un correo, era una esquela electrónica, le respondí con otra,
electrónica también:
Fui invadido por auella lasca de
piedra de mi suelo me cortó me sesgó el tiempo el bus muchos años después
recorría en tierra cubanas otras partículas en ellas seres peruanos capitalizaron
líticamente mi espíritu pétreo, calizo, basáltico, férreamente atado a una
Latinoamérica crecida, leudada Me preguntarás como un levanta en vilo a espíritus tan distantes
pero amigables eso, eso es la fuerza natural de nosotros y a un tiempo transcurrido
él me invita El convite me dice: ‘Es por ti, hacia tu Arqueopoesía, en nuestro
suelo peruano, capital mundial de los tiestos en: ‘El sentir del pasado’
Ángel Edgard
Le pedí a mi nieta, la más grande,
ella viaja de vez en cuando en el ómnibus desde su bachillerato en el liceo de
Colonia a su casa en El General. La convencí de leer mi esquela, le pedí, léela
junto a tu hermanita, ella estaba sin ir a la escuela pues no tenía maestra y
no consiguieron suplente. Esto fue un día chispeante de lluvia. Y dentro del
mal doblado papel de estraza donde se veían algunos de mis garabatos en tinta
relaté esta anécdota:
Me he dado vuelta. Lo noté, me sentí.
Algo me enredó como si una caparazón soltara un estallido sobre mi cuerpo que
flotaba dentro. El consciente afloró y al bajar mis pies al suelo, mi esqueleto,
casi obeso se bamboleó dirigiéndose hacia la cocina, en realidad mis sentidos
me llevaron al baño. Oriné. Al retorno pensé en comer una fruta, no obstante mi
mano quedó casi apretujada entre la puerta y el marco, propio de mi sueñera.
Mis ojos desorbitados vieron entonces como se encrespan, enredan, se esparcen,
trepan, saltan, sucumben. . . Relucen en el hondo cielo oscuro de una noche
espumada por el vidrio esmerilado de la puerta que da al patio de mis sueños.
Al otro día cuando volví a ver a Sofía. Me dijo: ‘Abuelo sabes, estudiaré
Meteorología. . .’
No hay comentarios:
Publicar un comentario